Un día de noviembre, antes de volver a Chile don Mario nos pidió acompañarlo al trocadero a comprar 20 torres eiffel grandes y un gorro a los vendedores ambulantes....el desafío era grande porque las torres de ese tamaño son vendidas a 8 euros y los gorros a 15 euros y nosotros queríamos pagar 2 y 5 euros (ya habíamos comprado antes a ese precio).Cuando usted compra en el trocadero una masa de vendedores ambulantes, generalmente Senegaleses e Indios lo acosan para ofrecer sus productos y tratan de hablarle en el idioma que le escuchan hablar o el que más se acerque a sus rasgos físicos. Y así buscando Torres eiffel en un mar de gente con don Mario y Charqui nos pusimos a pelear con un vendedor:
Vendedor (negrito): Español, mexicain, peruvian amigo cinco por un euro (hacía referencia a sus torres de llavero).
Charqui: Yo soy francés.
Vendedor: Si pero hablar español, ¿tú ser español?
Charqui: También somos chilenos. Este señor es de Chile y busca torres eiffel.
Vendedor: No, ustedes solamente chilenos. Francés es una mierda. Yo también soy Francés pero sólo en el papel. Francia es racista, yo aquí por el dinero, tu orgulloso de ser Chileno, Francia es una mierda.
Ahí la conversación terminó, para Charqui fue como tocarle a su madre, le habían puesto ají en el poto y comenzó la pelea. La Torre Eiffel fue testigo y sólo faltó la Marsellesa como música de fondo. Charqui sacó todo su lado nacionalista, tipo Front nacional, le faltaban la camiseta de Francia, la boina y el gallo en el brazo para convertirse en el French Patriot. Chucheó, garabateó, subió y bajó en francés al negrito, pero al más puro estilo chileno. Lo trató de racista, de aprovechador, le gritó que con esa actitud crea y aumenta las divisiones en este país. El negrito no salió de su postura, él odiaba Francia. Nos fuimos, pero Charqui quedó enojado durante varios días....Yo me preguntaba si todos los negritos que trabajan ilegalmente en el trocadero enmierdan Francia de la misma manera.
A finales de noviembre, escuchamos por la televisión las declaraciones de Anelka, un jugador originario de las islas y convertido al Islam que jugó por la selección francesa en la Copa del mundo 1998 (donde Francia ganó). Aquella Copa donde Francia no se sentía muy representada, estaba compuesta de muchos jugadores inmigrados y/o no blancos. Pero sin embargo esos jugadores fueron y son apreciados y valorados. Anelka declaró que él nunca cantó, ni cantaría la Marsellesa, se quejó de Francia defendiéndo el Islam, mostró todo su odio hacia el país que lo hizo crecer y que le dió alas. Ese tipo gana millones jugando en Inglaterra ¿Para qué jugó por Francia si tanto la odia? ....Charqui miraba la televisión maldiciéndo a ese hijo de puta.
Yo recordaba al negrito de la Torre Eiffel, pensaba en la rabia que nos generaba Anelka y en los miles de personas que siembran y cultivan el odio hacia Francia. Ya se aproximan las elecciones y el tema de la inmigración revive en los debates televisivos. Como siempre es la extrema derecha la que toca ese tema específico de la inmigración: el odio de los inmigrados hacia Francia (se ve en la calle, se escucha en la música, se lee en los muros). Criticar lo que nosotros vemos y entendemos cotidianamente es politicamente incorrecto, y lamentamos que los únicos en poner el tema en la mesa sean los extremistas de derecha.
Finalmente en el trocadero aquel día de octubre Charqui consiguió las Torres Eiffel a 2,5 euros, yo conseguí el gorro a 5 euros. Nos tomó tiempo lograr las rebajas que queríamos, pero finalmente las obtuvimos. El negrito con el que habíamos peleado nos miraba de lejos.